Una gran amistad en el fondo del mar

Había una vez una sirena llamada Lila que vivía en lo profundo del mar.

Tenía una hermosa casa hecha de rocas con grandes ventanales desde los cuales le encantaba mirar a los brillantes peces de colores pasar.

A pesar de la profundidad, el agua era tan transparente que los rayos de sol llegaban a iluminar tenuemente todos los rincones de su casa.

Un buen día, mientras Lila cantaba alegremente, paso Gaspar, un curioso caballito de mar, a visitarla y le pregunto:

  • Por que estas tan contenta Lila ?

  • Por que hoy es un día especial – respondió ella

  • Por que es especial ? – pregunto Gaspar todavía con mas curiosidad

  •  Porque me voy a encontrar con mi mejor amiga, se llama Luciana – dijo Lila con una gran sonrisa.

  • Luciana ? – dijo Gaspar sorprendido. El había vivido muchos años en aquel barrio acuático y nunca había escuchado de ella.

  • Mi amiga es muy especial – continuo diciendo Lila con voz muy bajita, susurrando-… vive…fuera del mar.

Esa noche, con la luz de la luna iluminando la superficie del mar, Lila asomo la cabeza fuera del agua y vio la cara sonriente de Luciana, quien desde un pequeño bote le ofrecía una de sus galletitas preferidas, unas galletitas que ella no podía conseguir en el mar.

Hicieron collares con perlas marinas, jugaron a hacer burbujas con jabones hechos con corales y rieron, charlaron hasta que el cielo empezó a cubrirse con los colores del amanecer.

Al día siguiente, Luciana caminaba con su familia a la orilla de la playa y al sentir la espuma que le cubría los pies, no podía dejar de pensar que parte de esa espuma estaba formada por los jabones de corales y que era un hermoso recuerdo de la amistad que ella tenia con Lila, una amistad creada en el agua del mar.