Cuando cumplió 7 años, Nicolás recibió como regalo de sus padres un telescopio. Desde ese momento, Nicolás buscaba todos los días en el cielo esperando ver a un extraterrestre.
Un día, apenas miró por el telescopio, vio una gran mancha verde…
Asustado salió corriendo a buscar al papá, quien vino a mirar y descubrió que el color verde estaba en la lente del telescopio y que provenía de un marcador que había usado Agustín, el hermano menor de Nicolás, para asustarlo.
Resuelto el misterio, el papa se fue a dormir y quedaron en la habitación ambos hermanitos charlando de cama a cama.
- ja, ja .ja…- reía Agustín – creíste que era un extraterrestre… !! – dijo tentado nuevamente de la risa.
Antes de que Nicolás le pudiera contestar, la mirada de ambos hermanitos fue atraída por un punto verde que había aparecido en el medio de la habitación, esta vez no era un marcador!, era un punto inicialmente pequeño pero que empezó a crecer y crecía mas y mas.
- colores, colores, colores…- Se escucho una voz, y ante el asombro de Nicolás y Agustín, apareció un verdadero extraterrestre.
Se quedaron mudos pero no tenían miedo ya que el extraterrestre tenia una dulce mirada y salvo por el color verde de la piel, se veía tan niño como ellos.
El extraterrestre se sentó en el piso y les hizo seña para que ellos se sentaran también armando una ronda. A partir de aquel momento comenzaron a charlar, hablaron toda la noche compartiendo anécdotas, se rieron mucho y fueron encontrando las diferencias y similitudes de ambos mundos.
En el planeta de Igal, así se llamaba el niño, la luz era muy diferente y hacia que todo pudiese cambiar de color, los árboles, el cielo, la luna, hasta ellos mismos cambiaban el color de la piel.
Antes de irse, Igal les contó un secreto: cada niño de su planeta tenía su propia nave espacial, en forma de esfera o en forma de estrella la cual era invisible a nuestros ojos. Usaban estas naves para viajar por todo el Universo en busca de las mejores historias… y se sonrío luego diciendo:
- Mi piel suele ser de color violeta pero luego de ver la broma del punto verde en el telescopio, decidí frenar mi nave y cambiar mi piel, ya que el color verde iba a ser el mejor color para mi aparición ..!! ja ja-
Mientras ambos hermanitos se quedaban dormidos, Igal empezó a alejarse hasta convertirse nuevamente en el punto verde y desaparecer, se iba contento de haber encontrado dos buenos amigos y volvía a su planeta con una hermosa historia para contar.
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