Imaginemos que vamos en un barco, por un río y podemos ver como en una
película, a vuelo de pájaro, que más adelante, no sabemos cuanto, hay una
cascada, una enorme caída, la garganta del Diablo y todos los barcos llevan
al mismo lugar.
Que hacer?
a. Uno sufre porque conoce su destino
b. Uno imagina/cree que lo salvara Dios
c. Uno conoce el destino pero sabiendo que no puede cambiarlo, no sufre, se
dedica a ver el paisaje, a disfrutar del amanecer, de los colores de los
árboles, del milagro de estar vivo.
Existe la caída o es lo que vemos nosotros?
En realidad es como preocuparse porque los árboles crezcan, porque haya
oxigeno, porque salga el sol... uno no lo maneja, estaba ahí, todo estaba ahí
cuando nacimos, todo es parte de la vida, y la caída, la garganta del Diablo,
esta ahí, como todo el resto, inmanejable, uno esta inserto en esto, no
podemos entenderlo, no podemos manejar la muerte, son fuerzas que nos
superan.
Es mejor darse cuenta y maravillarse de que uno no puede hacer que
amanezca, ocurre y uno puede disfrutar de ver el sol.
Es mejor vivir en la incertidumbre que en la mentira
La respuesta mas sabia es “solo se que no se nada “
Si todo esta fuera de nuestro control, si no podemos manejar las fuerzas
naturales, ni el cosmos, no podemos manejar la muerte, no es nuestra, es
parte del todo, y cualquier intento por definirla a través de nuestros Dioses
o bien dejarse llevar por el pánico de caer por la cascada, es perder el
tiempo presente.
Vivir libre, vivir el presente.
La angustia, la caída, es algo que en realidad es desconocido
completamente y que no entra en nuestro dominio, pertenece a la vida
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